Un inmueble o edificio es de todos los propietarios por la división horizontal del mismo, por lo que todos ellos son parte implicada en los daños que puedan sufrir los inmuebles o los que se pudiesen ocasionar a terceros.
Comunidades de propietarios de viviendas, de garajes, de oficinas, de chalets, etc., están expuestas a múltiples riesgos que requieren disponer de los servicios urgentes y necesarios para afrontarlos con la máxima eficacia, minimizando sus consecuencias, porque de ello depende la tranquilidad y bienestar de los vecinos.